Se desarrolla en tres alturas. La planta baja se sitúa a una cota de 1.50 m para permitir un semisótano y posibilitar la iluminación natural de sus estancias.
En el plano de fachada se realiza un leve retranqueo que marca tanto el acceso peatonal como el acceso rodado. Este gesto se materializa con una cancela de madera maciza de iroko, que permite intuir el espacio contiguo pero al mismo tiempo sirve para tamizar las vistas desde el exterior. Una vez superado el umbral, se accede por una escalera exterior a un vestíbulo previo cubierto por un porche.
El acceso se retranquea para permitir una transición gradual del exterior al interior. La entrada se concibe como un espacio privado y por tanto transparente, a excepción de la puerta de acceso de madera de iroko. Desde el espacio de la entrada se ve el patio posterior con la piscina, entendiéndose como una extensión natural de la vivienda.
Los espacios principales de la planta baja se estructuran en torno a tres patios, se consigue así que todas las estancias miren al exterior y tengan tanto ventilación cruzada como doble iluminación natural.
Esta estrategia posibilita una lectura completa de la planta baja desde cualquier punto de la parcela, debido a la relación visual que establecen los tres patios. Esto permite leer las estancias de forma continua y entenderlas como un único espacio diáfano pero sin perder con esta acción la independencia funcional de los espacios.
La planta baja se abre con generosidad a los patios que se entienden como una prolongación de la vivienda. Los límites se desmaterializan con correderas acristaladas que posibilitan una comunicación directa con el exterior. Gracias a esta permeabilidad, el espacio exterior penetra en las estancias.
El patio central se convierte en el climatizador natural de la casa, aumentando visualmente su dimensión y generando transparencias entre los diferentes usos.
En la planta semisótano se sitúa el aparcamiento con espacio para cuatro vehículos y disco para facilitar las maniobras, junto con el almacén/bodega. La sala de estar con la cocina forma un espacio único pero están separados por una hoja de vidrio para evitar los olores y los humos, la estancia se ilumina naturalmente gracias a la ventana corrida situada en fachada.